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Abrazando el Cisne negro en el mes de la Mujer

Posted by Carmen Cristina Wolf en marzo 8, 2011

Por Ana María Velázquez

El viaje femenino es un viaje hacia las profundidades del alma. Es sólo allí donde se produce el encuentro de la mujer con sus propias fuerzas arcaicas y sombrías. En esas fuerzas sombrías es donde encuentra su enorme poder creativo, ellas son las que le permiten experimentar su pasión artística y asumir su libertad a plenitud. Como en la película El Cisne negro, del director Darren Aronofsk, lo virginal de la protagonista, Nina, su anhelo de perfección basado erróneamente en la pureza es, precisamente, lo que le impide alcanzar su máximo potencial para interpretar el papel principal en el ballet “El lago de los cisnes”, de Tchaikovsky. Su danza es carente de pasión, de verdadera emoción. Su creación está condicionada a la techné, a la técnica, más que a su deseo, por eso vive totalmente dedicada a la danza, sin permitirse nada más.
Todo lo contrario ocurre con Lily, otra bailarina que encarna su sombra, aquellos aspectos desconocidos que el ser humano no ve en sí, pero que se perciben en los demás como amenazantes y peligrosos. Lily está plenamente conectada a su sensualidad y, por lo tanto, disfruta enormemente el amor, la fiesta, el baile, su arte se basa en el disfrute del hecho estético, permitiéndose introducir el juego y la dispersión, en vez de aferrarse a la técnica. En medio de las dos bailarinas aparece la figura masculina como una figura iniciática. Thomas Leroy, el director de la compañía de ballet, es el mediador entre el mundo virginal de Nina y el mundo erótico de Lily, un individuo que impulsa constantemente a Nina hacia su máximo logro. Con aspectos de fijación con la figura materna y un final espectacular en el que Nina logra integrar dentro de sí, después de un proceso doloroso, sus energías eróticas, logrando la adoración de un público que queda impactado por sus dos interpretaciones, la del cisne blanco, hermoso, pero frío, y la del cisne negro, lleno de una energía espectacular que hace que le “nazcan alas”, una metáfora del alcance de su libertad. El director logra así recrear el viaje femenino en toda su extensión, no sólo el viaje de la mujer artista sino el de toda mujer que necesite hacer contacto con lo desconocido de sí misma para enfrentar a un “público”, es decir, a la sociedad toda en el gran teatro del mundo, y dar lo mejor. La película es un reconocimiento del poder de lo femenino y de su capacidad de transformar la angustia, el dolor y la oscuridad en algo valioso para la mujer.
Hoy, en especial, Día de la Mujer, y en todo el mes de Marzo, mes de la mujer, es importante reflexionar sobre estos aspectos y proponernos concederle el espacio necesario a todas las fuerzas ancestrales y sagradas que conforman lo femenino.

* * *
Ana María Velásquez es ensayista, poeta e investigadora. Ha obtenido un gran éxito con sus libros de relatos, Creí que me besarías antes de partir y Con los ojos abiertos. Es integrante del Círculo de Escritores de Venezuela.
Ana María ganó el Premio de Poesía 2011 de Latin Heritage Foundation, Estados Unidos.
Felicitamos a la escritora venezolana por haber obtenido el premio, que consiste en la publicación del poema ganador en la antología Una isla en la isla a ser distribuida en Estados Unidos e Inglaterra. También fueron selccionados los autores venezolanos Pedro Segundo Yajure, Damelis Brito, Rosalinda Mariño, Urbano Antonio Durán.

Una respuesta to “Abrazando el Cisne negro en el mes de la Mujer”

  1. Excelente reseña de la película, provoca salir corriendo a buscarla en el cine.

    Felicitaciones, Ana María por el Premio de Poesía 2011 de Latin Heritage Foundation, Estados Unidos.

    Un abrazo,
    Blanca

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